Quizá lo hayas oído antes. Te explicamos qué es la técnica de los hilos tensores, también llamados "hilos mágicos", que nos permiten tratar la flacidez desde muchos puntos de vista.

No solo tienen flacidez las pieles maduras; las pieles que son finas tienden a descolgarse y caen de forma temprana, marcando el surco nasogeniano y haciendo que se pierda definición en el óvalo facial.

Existen hilos tensores de múltiples longitudes, tamaños y formas; así, podemos usar hilos monofilamento cuando tratamos una flacidez moderada y, sin embargo, espiculados y tornados, cuando necesitamos retraer con más fuerza. Los últimos son hilos tensores con espículas o que giran entorno a sí mismos, aumentando su superficie.
Además de uso facial, se usan también en corporal; consiguen mejorar de forma visible el cuello, cara interna de brazos y muslos, abdómen o glúteos, desde la primera sesión.

Se reabsorben a lo largo de un año de forma progresiva, pero a su vez estimulan la formación de colágeno y elastina por parte de nuestra propia piel. De esta forma, aunque su efecto vaya desapareciendo, van mejorando a su vez, la calidad de nuestra piel y por ende su aspecto. Es decir, que no sólo mejoran la flacidez, sino que a medio plazo actúan contra ella activando la creación de colágeno y elastina de forma natural.



La técnica de los hilos tensores ofrece buenos resultados en poco tiempo, mediante una intervención muy poco invasiva. Como siempre decimos, cada paciente es un mundo, así que en la Clínica Lourdes Martín evaluamos al paciente en primer lugar, ya que el resultado depende de la edad. el tipo de piel y del grado de flacidez muscular. Apostamos por las expectativas reales a la hora de establecer una valoración aproximada de los resultados. Ahora es un buen momento para mostrar tu mejor versión de cara a este verano.