By Rocío Jurado on Lunes, 05 Noviembre 2018
Category: Nutricion y dieta

Alimentación a partir de los 50 para conservar la salud de la piel

A medida que envejecemos se producen cambios biológicos que afectan a muchos de nuestros órganos, entre ellos la piel. Estos cambios se reflejan en todas las capas de la misma (epidermis, dermis e hipodermis), así como en las glándulas sebáceas. En consecuencia, se altera su apariencia, de manera que se vuelve pálida, áspera, menos firme y elástica, y aparecen  arrugas y manchas irregulares.

Adecuados hábitos de vida pueden contribuir a la salud de nuestra piel. Una buena alimentación e hidratación, evitar el tabaco y el alcohol, realizar ejercicio físico, el descanso de calidad y la exposición moderada al sol pueden contribuir a mejorar la apariencia de nuestra piel.

Dentro de una alimentación equilibrada, los alimentos que pueden ser nuestros aliados para conseguir que la piel mejore su aspecto son principalmente aquellos con alto contenido en vitaminas C, A y E. Estos tienen propiedades antioxidantes que, por tanto, reducen los efectos de los radicales libres que afectan al envejecimiento celular. Además, intervienen en la formación de colágeno, que contribuye a su firmeza y elasticidad.

Entre los alimentos ricos en vitamina C podemos destacar las frutas cítricas como limón, naranja y mandarina; frutos rojos, como las fresas, frambuesas, moras, arándanos, otras frutas como el kiwi y verduras, entre ellas, pimiento y tomate.

En cuanto a alimentos con gran cantidad de vitamina A, encontramos frutas y verduras con color amarillo intenso o naranja, como la zanahoria, calabaza, melocotón y boniato. Además, contienen carotenoides, sustancias que igualmente minimizan los efectos de oxidación de los radicales libres.

Refiriéndonos a la vitamina E, esta se encuentra en el aceite de oliva y semillas, en verduras de hoja verde como espinacas, acelgas y escarola, y en frutos secos, entre ellos, nueces, pistachos, almendras y avellanas.

Minerales como el selenio, el cobre y el zinc también tienen un efecto positivo en la salud de nuestra piel por sus efectos antiinflamatorios, evitando la destrucción celular y el envejecimiento prematuro. El selenio se encuentra en la carne, pescados y mariscos, el arroz y el pan integral. Las legumbres, como los garbanzos y las lentejas, los frutos secos, el hígado y vísceras son fuente de cobre. El zinc lo podemos localizar en la carne de cerdo, el chocolate negro o los huevos.

La calidad de los hidratos de carbono que consumimos también puede tener un papel importante en la calidad de nuestra piel. Hay que optar por azúcares complejos como el pan, pasta, patatas y legumbres, en detrimento de azúcares simples, que son aquellos contenidos en productos de bollería, refrescos y zumos comerciales, entre otros. Esto es así debido a que niveles alterados de glucosa en la piel pueden causar cambios estructurales y modificar su función principal, que es la de barrera y protección frente a agentes externos.

Un aporte adecuado de proteínas contribuye a la salud de nuestra piel, ya que algunos aminoácidos estimulan la síntesis de colágeno. La proteína animal es proteína de alto valor biológico, es decir, que contiene todos los aminoácidos esenciales. La encontramos en la carne, leche, pescado y huevos. Las proteínas vegetales no son completas, en otras palabras, no contienen todos los aminoácidos esenciales. Pero si las complementamos, por ejemplo, combinando lentejas y arroz, obtenemos una proteína de calidad porque los aminoácidos de los que es deficitario un alimento lo aporta el otro y viceversa.

Bebidas como el café, el té y el vino tinto contienen sustancias antioxidantes y, por ello, consumidos de forma moderada pueden ayudar a conservar la salud de la piel.

Podemos aprovechar también las ventajas antioxidantes de especias como la cúrcuma o de hierbas como el perejil y el cilantro e incorporarlas en nuestras preparaciones culinarias.

Mantener una buena hidratación es fundamental para nuestra piel, ya que esta es un elemento clave del balance acuoso del organismo.

En definitiva, no habrá nada mejor para nuestra salud y la de nuestra piel que buenos hábitos de vida y una alimentación saludable sin excesos ni defectos, en la que sepamos aprovechar las bondades que nos ofrecen muchos alimentos.

Related Posts

Leave Comments