Ya sea por tiempo, por darle prioridad a otros aspectos o por desconocimiento, en muchos casos exponemos nuestra piel a factores de envejecimiento internos y externos. Como resultado tenemos una piel que no refleja nuestra edad real. Los principales factores internos que actúan favoreciendo el envejecimiento de la piel son el estrés, la mala nutrición, el tabaco y la falta de sueño. Todos estos aspectos dan lugar a una piel más apagada, menos hidratada y visiblemente más envejecida. Sin embargo,...